Hoy tocaba catar la garnacha de Calatayud. Se trata de un vino elaborado con uvas que provienen preferentemente de viñedos viejos de Garnacha con rendimientos bajos, localizados a 700 - 1000 metros de altitud, dónde se encuentran los mejores viñedos, plantados en suelos de rocas metamórficas y gravas arcillosas.
Tras la fermentación en acero inoxidable el vino permaneció dos meses en barricas de roble Francés.
Al recibir este vino, nos llama la atención su etiqueta, llamativa,elegante y muy cuidada y además está en relieve. Sin duda es un vino que salta a la vista y que tan solo su etiqueta vende.
Vamos a pasar a descorchar la botella para ver si su interior también nos sorprende.
Al echarlo a la copa, nos encontramos con un vino color cereza picota, de ribete morado, dado a su juventud y de capa media.
En Nariz nos llegan notas a frutas rojas frescas y especiados procedentes de la barrica. A pesar de tan solo llevar un par de meses en barrica, se dejan notar los aromas a tostados.
En boca notamos las frutas que detectábamos en nariz, tiene un paso suave, y una ligera acidez.
Es un vino joven pero que nos sorprende al notarse los aromas y sabores que le dan su pequeño paso por barrica francesa.
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